lunes, 9 de agosto de 2010

iLove Aceite



Les digo de antemano, que cuando leí éste nombre por primera vez, no sabía a que atenerme. No sabía si sólo era una campaña de ventas sin ninguna historia o si detrás había algo interesante, porque al parecer se tiene un interés para contar una historia con relación a su producto.


Así que cuando me llegaron mis botellas, las recibí con mucha curiosidad, y cabe decir que la sorpresa fue muy grande, no sólo por los aceites, sino que descubrí que detrás de I Love Aceite está una compañía olivarera con más de cincuenta años de historia, que está muy vinculada al territorio y al mantener la cultura del aceite de oliva.


Comencé probando su aceite Escencial un aceite hecho de la variedad picual de la aceituna, muy agradable, con un picante marcado y unos toques almendrados.

Pero la verdadera sorpresa llegó cuando probé el aceite Esencial Royal, que se trata de un aceite elaborado exclusivamente con aceituna Royal. De hecho, es el único aceite royal con denomminación de origen.


Otra cosa que me sorprendió, a mi, que no soy gran conocedor de aceites, es que su aceite Royal es un aceite en rama, oséa, un aceite sin filtrar, se separa el jugo del aceite por simple decantación y no se somete a ningún proceso, por lo cual las características de la aceituna se mantienen casi intactas. El resultado final es un aceite de aromas verdes, a hierba, muy intensons con un picante muy moderado y una sensación agradable en boca.


Repito que no soy un experto, pero me ha sorprendido, ya que no es un aceite que se encuentre en el mercado comunmente, porque las variedades que se utilizan no son del todo comunes. Y además no es nada caro, dado su excepcionalidad, ya que cuesta 4 euros la botella de medio litro (mas gastos de envío).


Así que creo que está en orden el felicitar a quienes están a cargo de la compañía, ya que hacen un producto muy bueno, con variedades de la zona y con un método tradicional.


Yo ya estoy pensando en un pan tostado que vaya con el royal para la cena, es probable que de ésta noche no pase.

lunes, 2 de agosto de 2010

Drolma

Lamento no haber tenido tiempo como de escribir y publicar otra entrada para éste blog, pero ha sido por una buena causa, ya que he estado mejorando mis habilidades culinarias al hacer un stage en el restaurante Drolma, de Fermi Puig. Éste lugar se ha hecho acreedor a una estrella de la aclamada guía Michelin desde el 2002, y es uno de los principales santuarios gastronómicos de Barcelona.

Aquí no sólo se apuesta por una alta cocina, sino que también se aboga por la calidad del producto, por eso el elevado precio del lugar. Donde el menú se compone por 4 entrantes, otros tantos pescados y carnes, y 4 postres. Y claro, no podía faltar el menú degustación. En esta pequeña pero funcional cocina donde he estado un mes, me he dado cuenta de que un pequeño grupo de profesionales bien dedicados, pueden hacer algo muy cercano a la magia culinaria, ya que las instalaciones de la cocina no son particularmente grandes, pero si funcionales y bien equipadas.

Mi función aquí consistía principalmente en sacar los snacks a la mesa del pase, preparar las guarniciones de la mayoría de los platos, limpiar y preparar algunos mariscos, y porque no... Hacer un par de primeros platos.

Algunos creerán que en esta clase de restaurantes todos los cocineros son pedantes, gritones, desgraciados y cerrados. Pero no, en esta clase de sitios, a diferencia de en otros establecimientos gastronómicos, el equipo está particularmente unido y todos se llevan bien, lo cual creo que es clave para lograr la clase de reconocimiento que ha recibido el lugar por parte de la guía Michelin.

Normalmente, el jefe de cocina Adrián Marín sería el que está a cargo, pero debido a sus vacaciones, la mente maestra detrás de los fogones del Drolma es José Romero, un catalán que ha ascendido en las filas de esta cocina durante cinco años de trabajo hasta llegar al puesto que actualmente ocupa. El ha sido responsable de que la persona que escribe éste blog se haya ido aclimatando y acostumbrando a la presión, velocidad y ritmo de un servicio en un restaurante de alta categoría. Y claro, a ampliar mi visión culinaria al enseñarme como hacer platos tan sofisticados y al mismo tiempo tan simples, e igualmente llenos de sabor.

Desafortunadamente, mi estancia en Drolma ha llegado a su fin este 31 de julio, sin embargo, espero que sea el inicio de un camino largo y continuo a través de los mejores restaurantes del mundo, y, quien sabe, tal vez en un futuro hasta tener uno propio... Mientras tanto, ¡Muchas gracias Drolma!